Cuando el amor se quiebra, los divorcios se imponen

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Según los datos recopilados por el director regional del Servicio de Registro Cívico (SERECI), Alberto Mealla, en el departamento de Tarija se han registrado 399 matrimonios durante el período de enero a abril, a través de la vía civil. Al mismo tiempo, se han registrado 208 divorcios, siendo más frecuentes en la provincia de Cercado Tarija, seguida por Yacuiba y Bermejo, especialmente entre parejas jóvenes que contrajeron matrimonio.

Según Mealla, estos datos son tanto interesantes como alarmantes, ya que la diferencia entre el número de matrimonios y divorcios es de 191. Estas cifras nos invitan a reflexionar sobre las relaciones de pareja y sus consecuencias.

Una ciudadana entrevistada sobre el tema expresó que, en casos de divorcio, es preferible evitar una relación tóxica en la que los hijos tengan que presenciar violencia entre sus padres. Además, alejarse de situaciones de violencia puede prevenir tragedias mayores, como los feminicidios. Sin embargo, no podemos ignorar el dolor que implica separarse de quien se consideraba compañero o compañera de vida dentro del matrimonio.

Este panorama nos lleva a cuestionarnos qué sucede con los hijos cuando ven a sus padres divorciarse, generando una necesidad urgente de apoyo psicológico. La situación es especialmente compleja cuando hay hijos involucrados. Es fundamental garantizar el cuidado emocional de los niños y brindarles el apoyo necesario para que puedan enfrentar esta difícil etapa de sus vidas.

Por otro lado, también es importante reconocer que, en casos donde no hay hijos en común, las complicaciones pueden ser menores. No obstante, el impacto emocional y el proceso de reconstrucción personal siguen siendo desafiantes para ambas partes.

Estos datos nos llevan a cuestionar la famosa frase “te amaré en las buenas y en las malas”. Si bien el matrimonio se basa en el amor y el compromiso, también implica una serie de desafíos que algunas parejas no pueden superar juntas. Es crucial recordar que cada situación es única y que nadie debe ser juzgado por decidir poner fin a una relación que no les hace felices o que se ha vuelto tóxica.

Desde SERECI, se insta a la sociedad a reflexionar sobre estos datos y a fomentar el diálogo, el apoyo emocional y la conciencia sobre la importancia de construir relaciones saludables; asimismo, un llamado a las autoridades competentes y organizaciones relevantes para que se implementen programas de apoyo psicológico destinados a los hijos y padres afectados por el divorcio.