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Un río lastimado soporta el fracaso de una empresa y deja con hambre a sus obreros

Convisa S.A. se comió más de Bs. 73 mm y no terminó la obra

Una herida al medio ambiente, se sitúa en Bolivia, más propiamente en el departamento de Tarija y su capital, que tiene un afluente que en tiempos de los abuelos era lo más rico para la inspiración para los poetas y el pentagrama de los cantores, si, se trata del río Guadalquivir, que apenas tiene venas de agua y resiste en su pecho un puente denominado millonario, por su costo y hoy de la vergüenza política.

Es un puente ya tiene una estructura en ambos extremos del rio, tiene un arco que luce a simple vista el vaciado de concreto incompleto y deja al descubierto los fierros que son el reflejo de la falta de visión de los políticos que dieron luz verde a esta obra.

En la gestión del ex alcalde Rodrigo Paz Pereira, hoy senador del Estado, la empresa Construcciones Viales e Hidráulicas S.A. (Convisa), en noviembre de 2017 se adjudicó a la construcción de puente 4 de Julio, pasaron casi 5 años y no concluyó, por lo que la actual administración municipal, optó por el divorcio a esa relación tan cuestionada.

Hoy todo es diferente, el rio Guadalquivir ya no tiene el agua de banda a banda, como se ve en fotos de museos y casas que guardan nostalgia. Con el paso del tiempo el cambio climático, y la intervención de la mano del hombre, lastimó al Guadalquivir y los políticos fueron de lo peor, un cáncer para esta vena de agua, con pilares que clavan como lanzas al afluente, 96 % de ejecución de obra, dicen los ingenieros, pero el restante sí que lastima al orgullo de su gente.

Hoy el divorcio teme que pase a estrados judiciales y que se vuelva en un monumento a la vergüenza y sumado a ello despierta la protesta de sus trabajadores que están impagos y eso aumento el volumen del repudio.

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